jueves, 15 de abril de 2010

Crianza de Animales en Lechería





Para criar y mantener en buen estado a los rumiantes es necesario tener en cuenta que sus requerimientos nutricionales varían según la edad o el peso del ternero. Cada etapa es igual de importante para el óptimo crecimiento de este. Aquí solo se describirán los aspectos generales del proceso de crianza, el cual comienza justo después del parto.

Al nacer, los novillos son llevados a crianza. Antes de que se cumplan las cuatro horas de vida se los alimenta con calostro de la mejor calidad, lo cual es de gran importancia para el sistema inmunológico de los terneros ya que contiene anticuerpos proveniente de la vaca madre. El alimento debe ser ingerido en este periodo de tiempo para que el estómago del ternero logre absorber los anticuerpos. Si es ingerido después de este periodo, el proceso no se realizará. El calostro es la primera leche que da la vaca después de parir. El suministro de calostro debe disminuir gradualmente, para evitar diarreas.

Los primeros cuatro meses (100 Kg.) se los alimenta solo con leche, ya que sus estómagos no resisten otro tipo de alimentación. De los cinco hasta los nueve meses, o hasta que alcanzan un peso de 180 Kg. son alimentados con heno en rama y concentrado (mezcla de proteínas, minerales, vitaminas y grasa). Este concentrado se les da para que aumenten su tamaño corporal y para el crecimiento de papilas en su estómago. Este proceso se efectúa en corrales más extensos y no tan cerrados.

Cuando alcanzan el peso de 180 Kg. comienzan a ser alimentados con alfalfa y ensilaje. Este tipo de alimentación es rica en fibra. Al cumplir los catorce meses o alcanzar los 340 Kg. son trasladados a lechería y son alimentados con alfalfa, silo, soya y trigo.

Es necesario considerar que existen múltiples métodos de crianza de reemplazos, este es solo uno de ellos.


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